martes, 27 de septiembre de 2011

Café incandescente

Nada mejor que un buen café para despertar a un nuevo día. Pero este día es demasiado nuevo (o quizá mi vida lo sea), creo que con café no basta. Mejor uno incandescente, así además borro recuerdos de otros sabores, porque a partir de ahora la vida tiene que saber diferente.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Equipaje.

Una hucha, una almohada (de esas blanditas y pequeñas), una plancha para el pelo, un jersey por si refresca, esta foto de recuerdo, pinzas para la ropa, unas tijeras y un bolígrafo azul, una caja entera de libros, el cepillo de dientes, y no olvides la cartera y sobre todo, no te dejes el valor, que todavía queda un hueco en la maleta.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Deseos imposibles

Me gustaría un poco de tu simpatía hacia la palabra escrita, me gustaría un poco de su experiencia para tener algo de lo que escribir cuando sobra la inspiración pero falta la poesía.
Me gustaría que alguien entendiese la banal y estúpida realidad que se esconde detrás de un castillo de cartas o una tormenta.
Me gustaría la tenacidad y la humildad suficientes como para releer lo escrito y pelearme (o quizás acariciar, nunca lo tuve claro) con las palabras hasta que digan y callen justo lo que quiero decir y callar.
Pero por ahora, son deseos imposibles.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Tierra mojada

Siempre odié ese olor, será porque presagia tormenta. Será porque estropea los últimos momentos de sol diciendo que va a venir la lluvia.
Y acabo de percibir tierra mojada, todavía no sé cómo cuándo ni por qué, pero sé que queda poco para que estalle la tormenta.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Transición

Dormir, que no soñar. Dormir, que no descansar. Y en eso se basan las noches de los últimos días de septiembre: demasiado otoño para ser verano y demasiado verano para ser otoño.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Infinito septiembre

Hemos empezado con lluvias, tajante manera de recordar que tengo que empezar a elegir las cosas que voy a llevarme, las palabras con las que despedirme. Y realmente va a dar igual, cuando me vaya sólo va a quedar una semana para volver. Y realmente va a dar igual lo que me lleve, total, no van a caber ni la mitad y me olvidaré la otra mitad.
Hemos empezado con sol el primer lunes de septiembre, tajante manera de recordar que la vida sigue.