domingo, 2 de octubre de 2011

Frío de madrugada

El peor frío es el de madrugada, ese que invade tus huesos cuando el aire roza esa parte de piel que hace un instante cubrían tus brazos. Ese frío del momento en que la ciudad es de zombis, la mitad que regresan, la mitad que despiertan; es el momento del duermevela.
El peor frío es el de madrugada, cuando estoy volviendo a casa y soy consciente de que aunque acabe de besarte (y las cosquillas de tus labios revoloteen aún por los míos) me quedan semanas para volver a verte.
El peor frío es el de madrugada, el de un adiós en la esquina, el de esa cama que era mía y ahora es extraña, el de “te echaré de menos”.

1 comentario: