Una vez me dijeron que la mejor literatura surge si estás triste. Si estás feliz te limitas a volar y, ¿a quién le importa escribir? y, ¿a quién le emociona un poema alegre?
Pero hay veces que estás feliz, y no te importa si lo que escribes tiene algún valor, pero necesitas sonreír y narrar tu sonrisa. Solamente para saber, cuando vengan arrugas tristes en la frente, que una vez estuvo ahí.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar