martes, 6 de marzo de 2012

Palabras.

Hoy quiero escribir.
Hoy sería un día perfecto para estar soleándome sin acordarme de coger un boli.
Sin embargo, quiero escribir.
Aunque cuando la tinta roce el papel (o decida golpear las teclas en el orden adecuado), las frases que,
mágicas en mente,
ponían nombre al mundo, sólo servirán para deformarlo
y decir justo lo que no pienso,
y callar precisamente lo que quiero escribir.

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